jueves, 22 de julio de 2010

La razón de mi existencia

"Es verdad q a los 40 puedes decir q has aprendido mucho; q eres maduro... Es verdad q t brota el deseo d compartirlo... Es verdad q ya no esperas tanto d la vida y sí q disfrutas lo q tienes... Pero con el amor... ¿alguien me puede decir qué hago con todo el amor q me atasca las manos... q se enloda con tanta lágrima porque el ser q amo no me lo quiere recibir, a pesar d tantos años reservándoselo?" LFP

Quise esta noche sentarme frente a mi escritorio,
tomar una hoja y el lapicero chistoso
con el que siempre escribo,
para pedirle a mi alma
que guarde, por Dios, la calma,
mientras espero tu arribo.

El tiempo, cual cruel enemigo,
a veces me desespera.
Me hace pensar que tu llegada,
por tanto tiempo esperada,
es sólo un sueño de niño.

Yo sé que no… ¡Llegarás!
Llegarás porque creo incoherente
que esta mi espera de años,
tan llena de amores frustrados,
no tenga por premio tenerte.

Tan seguro estoy de lo que digo,
que te escribo aún sin conocerte.
Quiero darte, en primera, este escrito;
demostrarte con palabras que he tenido
¡toda una vida esperando verte!

Y si la vida premiara esta mi tan larga espera;
si mis ojos te miraran y, entre tanta gente,
te reconocieran,
no me importarían todas las cadenas,
todos los obstáculos que frente a mí estuvieran
para llegar a ti y darte como ofrenda,
este tan inmenso amor que mi corazón reserva para ti…
y sólo para ti…
mi desconocido amor…
la razón de mi existencia.

5 de abril de 1996

viernes, 16 de julio de 2010

Sábanas limpias









Me desperté muy temprano por dedicar este día
a limpiar de tal manera, que no quedara en la casa
ni una cucaracha viva.

Le puse sábanas limpias a mi colchón tan ansioso,
y fundas recién lavadas a las almohadas que, en noche,
sólo reciben mi rostro.

Una rosa que estorba mi respirar asmático,
al pobre florero azul que, al igual que yo,
siempre está solitario.

Le puse empeño en mi baño a los rincones estrechos
y, para que te fuera grato…
¡hasta abrí el perfume nuevo!

Cortó mi cabello, en cuidado, mi amiga la de la estética,
pues le conté, sin empacho,
que había acabado la espera.

Y hasta incluyó en su precio, sin que yo se lo pidiera,
un deliñe majestuoso de mi barba y mi bigote,
para darte un placer extra.

El amigo con quien vivo se programó una salida,
por si en volumen querías la música que te gusta
y el gemido que te excita.

Cancelé todas las citas de trabajo y merecidas;
cualquier ilusión o sueño,
por brindarme en exclusiva.

Me permití imaginar lo que sólo hemos hablado;
y hasta escribí con detalles
nuestra entrega paso a paso:

Desde el salud con cerveza, hasta el estrecho deseable…
un principio con ternura,
y un terminar salvaje.

E imaginé con tal fuerza que no me quedó más remedio
que poner sábanas limpias, con fundas recién lavadas,
al lecho donde aún te espero.

Porque de nada sirvió mi levantada temprana,
ni el holocausto masivo que me hizo el asesino
de mis amigas insanas.

La belleza de la rosa que estorba mi respirar asmático,
ni el empeño de mi amiga
por parecerte más guapo.

Ni el escoger de los discos con la música que gustas,
ni la huída de mi amigo,
ni las ansias que hoy me asustan.

Porque fue fugaz tu estancia, y tan llena de oquedades,
que dejó mis ansias locas
otra vez… en esperares.

Ya tengo sábanas limpias para cambiarlas mañana;
en contraste de mis sueños,
será por soñar tu estancia.

Y en fundas recién lavadas volveré a soñar tu cuerpo…
y el placer que me prometes…
para este próximo invierno.

12 de octubre del 2006 (2:04 AM)