miércoles, 24 de marzo de 2010

Compañera Soledad


Poema publicado en mi Antología:
"Estrellas Fugaces"
(junio-2005)


Triste damisela que en silencio lloras,
sentada en el borde de mi cruel destino,
no sé ya si odiarte por ser mi castigo,
o amarte en extremo, por ser mi señora.

Aquella que un día, sin pedir permiso,
desposó mi vida con su cruel presencia,
y ahuyentó los sueños que, ya en decadencia,
piden solamente seguir siendo míos.

Son sueños de amor, sueños de esperanza;
sueños que en sí, guardan correrte del nido.
No sé si sea ingrato pero he preferido
mirarte llorando, que verte en mi estancia.

Quise consolarte esa noche fría,
cuando se marchó quien de mí te alejara,
pero su partida y mis fuertes ansias,
llenaron tu rostro de gran alegría.

Volviste conmigo; llenaste mis horas;
¡sonríes ahora mientras yo te miro!
¡Soledad maldita, que siempre retornas,
no sé ya si odiarte por ser mi castigo
o amarte en extremo… por ser mi señora!

9 de Abril de 1996

2 comentarios:

  1. Está excelente. Eso que no soy bueno con la poesía y tenía en mente aprender un poco de ella en Creación Literaria en Bellas Artes pero no se volvió a abrir el curso; sin embargo, la armonía de las palabras, el mensaje transmitido y el universo que recrea me dice lo suficiente. Chido, mi hermano.

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  2. Gracias Captain. He estado un poco ocupadón y no me he dado tiempo de leer tus recientes trabajos publicados, pero lo haré a la brevedad posible. Gracias por visitarme. Un abrazo... y extiende tus brazos a todo lo que puedas, para darle otro a mi Izamal precioso.

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