miércoles, 12 de septiembre de 2012

Encontré...



Encontré un pedazo de amor en mi pan con mantequilla
y dos trocitos de cielo en tu recámara.
Veintisiete estrellas en tus ojos
y una fugaz en medio de una lágrima.

Encontré palabras en mi sorbo de café
y sólo pude entenderlas
cuando limpiaste mis labios con la servilleta.
Y descubrí una luna en la pared
cuando cerraste, con mi espalda, la puerta.

Encontré arena de mar en cada poro de tu cuerpo;
la concha de un animal atrapada en tu ombligo,
un alma vestida con las ropas de un mendigo
y dos alas en tu espalda rendida,
atadas con un lazo de destino
y en franca agonía.

Retocé sobre el desierto que me ofrecía tu cuerpo
y encontré agua purísima en el fondo de tu aliento.
Me terminé mi pan, mi café…
y en lugar de las estrellas ¡me encontré un universo!
Me guardé la servilleta en la alforja de mis ansias,
encontré en tu palma la raíz de una esperanza
y pude ver, mientras me alejaba,
cómo se extendían, hacia el cielo, tus alas.